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Sentada en la sala de su casa escucho que baja las escaleras. Es Ramón Xirau, sus palabras me envuelven y comenzamos a platicar sobre De mística, libro recién publicado, donde parece sintetizar una serie de intuiciones presentes a lo largo de su obra y plantear, a la vez, un tema que inquieta a los pensadores de todos los tiempos: ¿cómo se da la relación entre el hombre y lo sagrado?
mb: Este libro que aborda el tema de la mística, ¿es una consecuencia de los libros anteriores de Dos poetas y lo sagrado y Cuatro filósofos y lo sagrado?
rx: No es una síntesis, es una continuación, los libros anteriores tocan este tema, es una especie de trilogía.
mb: En Poesía y conocimiento usted dice que la poesía es una forma de conocimiento, ¿es la mística una forma de conocimiento?
rx: Sí, porque implica un principio que es la ascesis (disciplina); es una forma de conocimiento más intuitiva y emocional que la razón, pero no por ello deja de ser una forma de conocimiento. San Juan de la Cruz no sólo tiene esta visión mística sino que después escribe en prosa los tratados de esta visión. Creo que en la tradición española no hay mucha filosofía, en los clásicos están Suárez, Lull, entre otros. Lo que toma el lugar de la filosofía en España durante los siglos XVI hasta el XVII es la mística. El título del libro De mística se me ocurrió tarde; tal vez porque me parecía un poco excesivo y porque cuando se habla de mística se puede hablar de otra cosa, además de que no es fácil tratar de aclarar una experiencia de este tipo.
mb: La mística es un tema constante en su obra, ¿cuál es la razón?
rx: De lo que he hablado más es de lo sagrado, es una actitud religiosa presente en todos los pueblos, es un fenómeno universal. En mi caso particular completa mi visión sobre lo que he visto de filosofía y lo que he visto de poesía, es decir, poesía, filosofía y mística tienen relaciones entre sí. Creo que hay una relación entre las tres porque son vías de conocimiento de una fuente de sentido. Yéndonos hacia atrás, un caso muy claro es Platón donde hay razón-logos, amor-eros y metáforas e imágenes, vías distintas hacia lo sagrado que se van completando. Para mí la experiencia religiosa es básicamente lo mismo, una vía de conocimiento, pero como un don, una gracia. No es que diga que soy místico, me inclino a entender más a los místicos. La experiencia religiosa es una vía de conocimiento de lo sagrado, pero más concretamente en la mística no se habla de lo sagrado sino de Dios.
mb: La lectura de sus obras sugiere que Dios es la manera cómo el hombre conceptualiza a lo sagrado...
rx: Creo que sí, María Zambrano habla mucho de esto, no está aquí, pero su libro El hombre y lo divino, es un modelo.
mb: Los ensayos De mística versan sobre Eckhart, San Juan de la Cruz, Edith Stein y Simone Weil, ¿qué idea lo llevó a esta selección?
rx: Escojo a San Juan de la Cruz porque siempre me ha gustado muchísimo, es el poeta mayor español. Eckhart, porque representa la continuidad en la Edad Media de la tradición neoplatónica, es un gran escritor por su uso de metáforas y originalidad; recuerdo que una vez hablando de Dios en un sermón dijo: "Él ríe y juega", lo que significa un trato muy directo con Dios. La diferencia entre estos dos autores es que Eckhart usa más la vía positiva y su claridad es inmediata. San Juan, la vía negativa y la claridad son resultado de una noche oscura.
Edith Stein es interesante desde el punto de vista de que es una judía conversa y acaba en Auschwitz, es una gran discípula de Husserl, lo que implica que tiene una formación filosófica. Al volverse cristiana, lo primero que le atrae es la mística. Escribe con todos los fundamentos filosóficos, pero con gran intuición, un libro sobre San Juan de la Cruz, La ciencia de la cruz.
En este caso, lo que intenté, fue ver a Stein a través de San Juan de la Cruz porque está muy identificada con él y al entender su actitud podemos ver aspectos que se nos escaparían. Por ejemplo, Stein une e insiste en su visión de San Juan de la Cruz precisamente en "la cruz".
Hace una distinción que a mí me impresionó profundamente: la mística como el juego de los niños, como la poesía y el arte, alcanzan lo que ella llama una objetividad sagrada, es decir, ve a lo sagrado como algo que se presenta de manera universal porque es algo válido para todos. Suele decirse que la ciencia se refiere a objetos. Lo que Stein llama "ciencia de la cruz" es una sabiduría en el fondo, una objetividad dentro de un mundo que no es ciencia, y que posee una relación con el arte, la poesía y modos intuitivos de pensar y mirar.
Simone Weil, creo que siempre he estado enamorado de ella. Es una mujer extraordinaria. Se unió a la República Española en los años de la Guerra Civil y murió de 33 años. Publicó en vida cosas pequeñas y conoce muy bien a Platón. Su vida es muy interesante, se hizo obrera para entender la problemática de los obreros y al darse cuenta de que todo el tiempo pensaban en cosas mecánicas, les hizo resúmenes de tragedias griegas.
Su libro más admirable es La fuente griega donde analiza cómo Platón y los pitagóricos son filósofos y a la vez místicos. Fue de las primeras personas que hicieron, en los años treinta una crítica sólida y fuerte al marxismo, con base en que tanto Marx como el capitalismo piensan que el progreso es continuo, idea que nace a fines del siglo pasado, y eso parece que no es cierto. El progreso no tiene por qué tener un fin.
mb: Sabemos que las relaciones entre la poesía y la mística y, entre la filosofía y la mística son vías de conocimiento, ¿la mística es antecedente de la filosofía o de la poesía?
rx: A veces, no siempre, San Juan es un caso muy claro donde filosofía, poesía y mística están muy unidas, otros más antiguos son Platón, Plotino, los neoplatónicos. En la filosofía todo es más bien de orden conceptual, esto implica argumentaciones a veces detalladas; en cambio la mística, y en eso se parece más a la poesía, no demuestra nada sino que muestra. A veces no hay oposición entre una y otra y se dan las dos cosas.
mb: Tradicionalmente se ha dado una oposición entre filosofía y poesía, ¿a qué cree que se deba esto?
rx: Esto se da hasta en Platón, pero tampoco se puede generalizar porque hay muchos filósofos que tienen que ver con la poesía. Es más común ver cómo hay filósofos que se hermanan con la mística aunque sea de una manera rigurosa como Santo Tomás.
mb: La filosofía puede desembocar en la mística y no es algo extraordinario, la poesía también puede desembocar en la mística, sin embargo poesía y filosofía se oponen más en el ámbito de discusión que de hecho, ¿por qué?
rx: Hay filósofos que han pensado que la poesía, que se basa en metáforas, concretamente no argumenta. En la filosofía, hay que argumentar todo lo que se diga. Pero esa no es verdad de todos los filósofos. La finalidad de la filosofía es buscar la verdad, y la seguimos buscando porque no se ha encontrado. Se busca a través de argumentos, pero no es la única manera de conocer. Para llegar a la verdad se necesitan vías distintas, el amor, la razón, el arte, la poesía, la ciencia...
mb: ¿Cuál sería entonces la confluencia entre la mística, la poesía y la filosofía?
rx: En ese sentido más amplio de verdad, la verdad verdadera, la verdad última conlleva no sólo a argumentar sino a intuir, inventar, ver, o percibir como lo hace el poeta por ejemplo.
mb: ¿Usted cree que De mística cierra un ciclo dentro de su pensamiento?
rx: Sí, es un ciclo en mí, de pensamiento. Tal vez no debería hablar de un ciclo porque da la idea de que se cierra y no estoy nada seguro de que esté cerrado. Al dedicarme a la poesía y a la filosofía, tengo una cierta manía de unirlas, carezco de muchos argumentos para hacerlo. Decir poesía y filosofía no significa que sean lo mismo, la conjunción no siempre implica relación. Tiendo a unir filosofía y poesía porque creo que tengo las dos tendencias, bien o mal se unen, pero a partir de eso no puedo emitir un juicio universal y afirmar que deben estar unidas.
mb: En conclusión, ¿qué idea hay en el fondo de estos tres libros?
rx: Los tres libros coinciden en mi visión de lo sagrado como algo esencial. El orden de los libros obedece a una secuencia cronológica de publicación, pero no de interés. A San Juan de la Cruz lo trabajé mucho antes que Dos poetas y lo sagrado donde aparecen Vallejo y Juan Ramón Jiménez.
Creo que todo se encuentra más o menos esbozado en un libro mío de la década de los cincuenta Sentido de la presencia que es la semilla de lo que voy a desarrollar a lo largo de mis escritos. Algún filósofo ha dicho que si en esta vida tenemos alguna idea sólo tenemos una, no se pueden crear más. Se va dando una madurez de la idea y va adquiriendo un mayor matiz y peso. Creo que es lo mismo que pasa cuando se escribe poesía, en el fondo uno acaba escribiendo un mismo poema con expresiones diversas. Puedo decir que en mí hay dos constantes: el sentido de la presencia y lo sagrado que estaban en potencia desde este primer libro.
Sentados en el sillón de su sala el silencio fue llenando la conversación, ¿por qué callamos tanto a pesar de hablar, de escribir? Quizá porque el hombre posee un decir callado. En el caso del lector éste interpreta ese silencio elocuente y encuentra muchas cosas que el mismo escritor no sabe que ha puesto ahí. Mística, palabra y silencio, poesía y filosofía, vías hacia una verdad verdadera o errancias hacia un saber de lo sagrado.