A mature lawyer lives with an obsession to identify the soldiers who killed her brother in 1968 during the Tlatelolco massacre. After decades of waiting, she receives the missing clue to find the culprit, leading her to conjure an absurd revenge plan that puts her assets, family, and even her own life at risk.

This Mexican debut film by director Pierre Saint Martin is shot with hypnotic black-and-white cinematography. While it may sound like a thriller, We Shall Not Be Moved is a fable offering a unique take on historical trauma and personal healing. Mexican actress Luisa Huertas, in one of the best roles of her career, adds humanity and sensitivity to her character, paying homage to all families trapped in mourning for the death of a relative during armed conflict.

Una abogada madura vive obsesionada con identificar a los soldados que asesinaron a su hermano en 1968 durante la masacre de Tlatelolco. Tras décadas de espera, recibe la pista que faltaba para dar con el culpable, lo que la impulsa a idear un plan absurdo de venganza que pone en riesgo sus bienes, su familia e incluso su vida.

Este debut mexicano del director Pierre Saint Martin está filmado en un hipnótico blanco y negro. Aunque puede sonar como un thriller, No nos moverán funciona como una fábula que ofrece una mirada singular sobre el trauma histórico y la sanación personal. La actriz mexicana Luisa Huertas, en uno de los mejores papeles de su carrera, aporta humanidad y sensibilidad a su personaje, rindiendo homenaje a todas las familias atrapadas en el duelo por la muerte de un familiar en conflictos armados.